La Ley Federal del Trabajo (LFT) es el instrumento jurídico fundamental que rige las relaciones laborales en México. Publicada por primera vez en 1931 y reformada en múltiples ocasiones desde entonces, esta ley desarrolla el contenido del Artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que consagra el derecho al trabajo digno y socialmente útil. Su propósito esencial es equilibrar los intereses de empleadores y trabajadores, garantizando condiciones de trabajo justas, seguras y equitativas en todos los sectores de la economía nacional.
El Artículo 123 constitucional establece los principios básicos del derecho laboral en México, divididos en dos apartados:
El Apartado A, dirigido a los trabajadores del sector privado y empresas paraestatales.
El Apartado B, que regula las relaciones laborales del sector público.
La LFT desarrolla exclusivamente el Apartado A, estableciendo normas generales para la contratación, condiciones de trabajo, jornadas, descansos, seguridad social, sindicatos, capacitación y terminación de la relación laboral.
La Ley Federal del Trabajo está basada en una serie de principios que le otorgan un enfoque protector y garantista, entre los cuales destacan:
Irrenunciabilidad de derechos: los trabajadores no pueden renunciar a los derechos que la ley les otorga.
Primacía de la realidad: en caso de discrepancia entre lo pactado y lo realmente ejecutado, prevalece lo que efectivamente sucede.
Equidad y justicia social: busca reducir desigualdades entre el capital y el trabajo.
Protección al trabajo subordinado: considerando su posición de desventaja frente al empleador.
La LFT aplica a todas las personas físicas y morales que empleen trabajadores bajo una relación de subordinación remunerada, sin importar el tamaño de la empresa o el tipo de industria. También es aplicable en trabajos del hogar, en el campo, en el sector comercial, en la construcción, en la industria manufacturera, y más recientemente, en modalidades como el teletrabajo y el trabajo por plataformas digitales.
La ley garantiza a los trabajadores una serie de derechos básicos, como:
Un salario remunerador, no menor al salario mínimo legal.
Una jornada máxima de trabajo (8 horas diurnas, 7 nocturnas y 7.5 mixtas).
Días de descanso obligatorio y vacaciones pagadas.
Pago de tiempo extra en jornadas excedentes.
Seguridad y salud en el trabajo, conforme a las Normas Oficiales Mexicanas (NOM).
Aguinaldo anual, equivalente al menos a 15 días de salario.
Derecho a la sindicación y negociación colectiva.
A su vez, el trabajador está obligado a cumplir con sus tareas de forma puntual y diligente, respetar las reglas del centro de trabajo, conservar los instrumentos proporcionados por el empleador y observar normas de seguridad.
La LFT otorga al empleador ciertas prerrogativas, como el poder disciplinario, la facultad de dirección y la posibilidad de terminar la relación laboral bajo causas justificadas. No obstante, impone múltiples obligaciones para garantizar el bienestar del personal, como:
Registrar la contratación por escrito.
Proporcionar condiciones seguras y saludables.
Capacitar al personal.
Inscribirlo ante el IMSS y pagar cuotas obrero-patronales.
Respetar los derechos colectivos.
Uno de los hitos más importantes en la historia reciente de la LFT fue la Reforma Laboral de 2019, cuyo objetivo principal fue democratizar los sindicatos y transparentar la negociación colectiva, en cumplimiento de los compromisos asumidos por México en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Los principales cambios incluyeron:
La creación de un nuevo sistema de justicia laboral, donde desaparecen las Juntas de Conciliación y Arbitraje y se crean tribunales especializados.
La libertad sindical plena, incluyendo la elección de líderes sindicales mediante voto personal, libre, directo y secreto.
La obligación de legitimar los contratos colectivos ante el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral.
El fortalecimiento de los mecanismos de conciliación previa al juicio.
Además de la LFT, existen reglamentos y normas que complementan su aplicación:
El Reglamento Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo, que desarrolla las condiciones mínimas de seguridad.
Las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs-STPS) que regulan temas específicos como ruido, sustancias químicas, equipo de protección, ergonomía, etc.
La Ley del Seguro Social, que cubre las prestaciones médicas, incapacidades y pensiones.
La Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), que garantiza el acceso a créditos para vivienda.
A pesar de los avances legislativos, en México persisten grandes retos:
La alta informalidad laboral, que excluye a millones de trabajadores de la protección legal.
La falta de inspección y vigilancia efectiva, especialmente en pequeñas y medianas empresas.
Los desafíos del teletrabajo, como la desconexión digital y la cobertura de costos.
La necesidad de fomentar una cultura de prevención de riesgos laborales.
La discriminación por género, edad o discapacidad en la contratación y promoción laboral.
La Ley Federal del Trabajo es la piedra angular de los derechos laborales en México, y constituye un instrumento dinámico que ha evolucionado con el tiempo para responder a las nuevas realidades del mundo del trabajo. Su correcta aplicación no solo garantiza condiciones dignas para los trabajadores, sino que también fomenta un entorno laboral más justo, competitivo y productivo.
Con el compromiso de los sectores gubernamental, empresarial y sindical, la LFT puede seguir siendo un verdadero pilar de justicia social y desarrollo económico en el país.